Hola a tod@s... Hoy en día puedo decir que mi embarazo y mi parto han sido uno de los momentos más maravillosos de mi vida.
Cuando alguien me preguntaba si quería tener hijos, yo no lo dudaba, te decía que SÍ (me encantan los niños), pero internamente algo se echaba a temblar dentro de mí.... ¿Por qué???, pues porque le tenía mucho miedo al momento del parto.
Lo único que yo pensaba era.... eso tiene que doler mucho... como voy a ser yo capaz de soportar tanto dolor?????, y la epidural, sí eso dicen que alivia pero.... ¿¿qué riesgos tiene?? ¿¿cuánto duele ponerla???. Le tengo mucho miedo en general al dolor. Y eran tantas las dudas que me rondaban en mi cabeza que pensaba que nunca iba a ser capaz de quedarme embarazada.
Un gran día mi marido me convenció para tener nuestro primer hijo y hoy le doy las gracias por ello. Gracias a él, empecé a luchar contra mi gran miedo y ha superarlo con creces, porque a partir de ahí mi vida ha cambiado para bien. Puedo decir que soy otra mujer, ya que mi embarazo no sé porque me ayudó a madurar y a ver la vida desde otra perspectiva más optimista.
Al principio del embarazo no quería que nadie me hablara del parto, y en todos los libros y revistas que llegaban a mis manos, esa parte de la información siempre me la saltaba, no quería saber nada de ello.
Todo empezó a cambiar cuando una buena amiga me llevó al centro maternal Blossom. Allí acudía dos veces en semana durante el embarazo a hacer yoga y pilates, y lo más importante a charlar e intercambiar opiniones con otras embarazadas. Ese centro está dirigido por Laura Moya, "Matrona y Madre". Con ella vivimos también su primer embarazo y fue muy bonito sentirla a ella tan cerca, como una más. A partir de ahí comencé a comprender que mucha de las cosas que yo tenía preconcebidas acerca del embarazo y del parto no eran del todo ciertas.
Es verdad que duele, no voy a mentir, pero hay muchas formas naturales de canalizar el dolor y controlarlo. Eso principalmente es lo que me enseñaron Laura y Olga (matrona que sustituyó a Laura cuando dio a luz) y por ello les estoy muy agradecida.
Olga, me enseñó que todo está dentro de mí, en mi mente. Me enseñó a comunicarme internamente con mi bebé (cosa que a día de hoy sigo haciendo, mi hija tiene 9 meses y me gusta hablar mucho con ella porque sé que me entiende), a pedirle lo que necesitaba en cada momento. Siempre me acordaré cuando con 7 meses de gestación la llamé porque mi ginecólogo me había dicho que Laura se había dado la vuelta y que si no cambiaba en 2 semanas, ya no lo haría y que entonces todo apuntaba a una cesárea. Yo no estoy en contra de las cesáreas (siempre que sean necesarias), pero me asusté mucho y la verdad es que deseaba un parto natural. Olga, lo primero me tranquilizó, y luego me dijo algo muy bonito, "háblale a tu bebé de corazón y pídele con cariño lo que necesitas, que ella te ayudará". Yo lo hice y mi bebé se colocó, por eso pienso que la fuerza más poderosa que tenemos es nuestra propia mente, la que de forma optimista todo lo consigue.
En las clases aprendí a relajarme, a respirar desde el estómago, a escuchar a las demás.... También aprendí muchas posturas que me ayudarían a dar a luz, no solo la postura de litotomía. Me enseñaron a ejercitar la zona del perineo, lo más importante para evitar la episiotomía. Y sobre todo aprendí a ser YO, y a confiar en mí misma, a comprender que yo podía.
Disfrute mucho del embarazo, me sentía a gusto y más mujer que nunca, pero... pasaron los 9 meses y la hora del parto llego......
El martes día 23 de Septiembre de 2008, con 41 semanas y a las 11 de la noche me comenzaron las contracciones. Ese mismo día había realizado cosas del trabajo desde casa para despejar mi mente de todo lo relacionado con el parto, pues ya estaba desesperada y las últimas 2 semanas se me estaban haciendo eternas.
A la hora de acostarme comencé a sentir unas leves molestias, pero no le tomé importancia pensando que sólo era cansancio. Empecé a sentir muchas ganas de orinar, con lo que di muchos viajes al baño y la verdad estaba cómoda sentada en la taza del WC (jejeje). A eso de las dos de la madrugada comencé a manchar un poquito y me asusté (hoy sé que eso es normal), por lo que desperté a mi marido y le dije que por si acaso fuésemos al hospital. Allí me dijeron que solo tenía 2 cms de dilatación (para mí no había avanzado nada ya que llevaba 2 semanas con 1,5 cms), pero que era mejor que me quedara puesto que según su opinión el parto había comenzado. Me dejaron un rato en monitores, pero en 2 horas no avancé nada y decidí irme para casa. En el hospital había mucho movimiento y yo necesitaba la tranquilidad de mi hogar.
Cuando llegué a casa, me puse cómoda, encendí mi incienso de lavanda y al rato noté que las contracciones eran más fuertes. Yo con calma, hacía todos los ejercicios que había aprendido (sentada sobre todo en la pelota de pilates). Respiraba todo lo tranquila que podía, pero en general lo llevaba bien. Estaba concentrada y tranquila.
A eso de las 8 de la mañana (del miércoles 24), desperté a mi marido porque ya sentí que era hora de irnos. Llegué al hospital muy tranquila y por mi propio pie y cuando me exploraron, cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que iba por 7 cms de dilatación y que nos íbamos para paritorio. En ese momento sí que me dolía todo y me entraron ganas de empujar. Pedí la epidural, pero tuve que esperar porque estaban todos los paritorios ocupados. Cuando entre en paritorio la matrona que asistió mi parto Carmen Ceballos (a la cual aprovecho la ocasión para agradecer el trato tan profesional y humano que tuvo conmigo en todo momento), me convenció de que lo peor ya había pasado y que ya podía terminar sin la epidural. Quien me lo iba a decir a mí, con el miedo que tenía, mi parto sin epidural.... Pero en aquel momento, no pensaba bien, así que decía que si a todo, para que acabara pronto, así que no hubo epidural...
Ya en el paritorio en menos de una hora termine de dilatar (o eso creo porque perdí la noción del tiempo) y la matrona lo preparó todo para el expulsivo. Me dolía todo bastante, pero lo soportaba bien y la respiración me ayudaba mucho, estaba ilusionada..... quedaba poco para ver a mi niña. El expulsivo se alargó un poco porque Laura al final se atascó un poco. Pero entre mi marido (gracias cariño, porque sin tu ayuda todo hubiese sido más difícil) y las matronas, me ayudaron a colocarme en distintas posiciones y Laura poco a poco fue bajando. Lo que más me dolió según puedo recordar, fue el momento final cuando la cabecita de Laura llegó al fin y necesité 2 empujones más para que terminara de salir. Pero salió y sólo necesite 2 puntos internos.
Todo fue increíble. En el momento en el que me pusieron a Laura encima fue lo más inolvidable, maravilloso, precioso... que me ha pasado nunca.
Ser MADRE es lo mejor que me ha pasado. Gracias Laura por llegar de esa manera a mi vida.
Quiero aprovechar para agradecer a Olga y a Laura por todo su apoyo durante y después del embarazo. Por su ayuda incondicional. Con personas de esa índole todo es más fácil.
Gracias a Neri, por estar siempre ahí y por llevarme a Blossom, nunca lo olvidaré.
Y por último gracias a Camilo y a Laura por estar siempre a mi lado apoyándome (os quiero).
Itahisa
Foto: Maica Luis
Casi hace un año que lo escribí. Hoy mi hija tiene 20 meses.
ResponderEliminarAún así se me han vuelto a saltar las lágrimas recordándolo todo.
Fue un embarazo y parto maravilloso.
Que lindo y emocionante !!! que lindo que lo que lo compartieras con nosotras/os
ResponderEliminarun pétalo mas para esta flor que crece día a día
un abrazo muy grande!!
Hermosaaa tu historia...como te conectaste con tu beba desde un comienzo! El parto, soñado...con dolor, pero sin sufrimiento!
ResponderEliminarEs un dolor soportable, un dolor reconfortante...cada contracción es una menos para conocer a tu hijita...
hermoso nacimiento de una familia!
un abrazooo
Muchas gracias por los comentarios.
ResponderEliminarLA verdad que para mi si que fue un parto soñado y un momento maravilloso en mi vida.
Gracias.